Yo explico esta primera experiencia en un viaje organizado por el Inserso.
Me imagino que esto será como con todo. Unas veces salen las cosas bien y otras no. Habrá viajes en los que los servicios serán buenos y otros que no tanto. Pero yo ahora estoy narrando el que he hecho ahora. Los que vengan más tarde ya os iré relatando cómo han ido.
Y ahora viene el dia "horribilis".
Como el sábado hizo un dia de primavera no "leí" las señales de que algo no iba bien.
Todas las mañanas una bruma se asentaba en el Mar Menor donde apenas se vislumbraba el espléndido paisaje. Y como después -por el sábado- el día se aclaraba con la desaparición de la niebla empujada por la brisa salíendo el sol haciendo un tiempo primaveral....
El hotel disponía de buffet libre para las tres comidas. Cada dia para el desayuno había lo mismo para hacer un desayuno "a la española" o internacional, pero para las comidas y las cenas el menú era variado.
Tras el desayuno y a primera hora de la mañana nos dirigimos en autocar hacia Caravaca de la Cruz en una excursión de un día completo, ya que por la tarde -tras el almuerzo- nos llevaron al Santuario de Nuestra Sra. de la Esperanza.
A mitad de camino empezó a llover y la temperatura bajó considerablemente convirtiéndose en una jornada lluviosa y fría.
Siempre llevo el paraguas encima, y cuando digo siempre, es 365 días al año. Pero este día lo dejé en el hotel sin presentir lo que vendría.
Y es que desde que he dejado de fumar, hago ejercicio y una vida más tranquila y sin agobios ya no tengo aquellos pinchazos en las rodillas que no me dejaban caminar y que como un barómetro me indicaban el día que haría. Me equivocaba en mis pronósticos?. Por supuesto que sí. Pero sólo en un 5%, porque casi siempre acertaba con el 95% restante.
Me puse una camiseta de manga larga -menos mal-, un jersey y una chaqueta de punto con un foulard a juego.
De esta guisa fui a la excursión y -mirad que he pasado frío en mi vida- pero.... como el domingo.... ninguno. Me quedé hecha un polo recién salido del congelador.
La primera parada fue al Museo de Bordados donde vimos los ornamentos que moros, cristianos, y los caballos que participan en la fiesta del 2 de Mayo -que es la de su santa patrona- utilizan para celebrar sus representaciones, juegos y carreras tradicionales de Caravaca.
La siguiente fue en el santuario que había sido una fortaleza árabe donde se guarda la Vera Cruz y la cruz de Caravaca.
Tras la comida en un restaurante de la localidad nos condujeron hasta el Santuario de Nuestra Sra. de la Esperanza, cuya capilla está construida en la roca de la montaña y hay un pequeño parque por donde cruza el río Segura.
Y sin parar de llover en toda la jornada¡¡. Ya entrada la noche llegamos al hotel, donde después de asearnos y ponermos bien elegantes, bajamos a cenar, para bailar después y yo con el ordenador para hacer tiempo que mi amiga cogiera el sueño.
Un día triste y gris. La verdad es que aparte de los retablos y el Museo de Bordados no hacía falta salir del hotel para recaer en la gripe que traía desde Barcelona y de la que no hacia tres días ya me encontraba mucho mejor.
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