Tod@s teníamos el alma en vilo.
Hacia unas semanas que esperàbamos el gran día.
En Gavà hace años que funciona una Asociación de Country que da clases de baile, además de otras actividades. Y hace un año mi amiga Rosa y yo fuimos a un evento y allí nos pusimos en contacto con ellos. Y así es como siempre que organizan una actividad de country vamos sin pensarlo dos veces.
Sólo una enfermedad, una incapacidad o la muerte nos impedirían ir a estos eventos.
Y como nosotras un montón de gente del pueblo también es aficionada y otros -como nosotras- están también en contacto con los de Gavà y cuando pueden también van a los acontecimientos que se llevan a cabo.
La novedad era que íbamos a una excursión sin saber a dónde íbamos. Un precio muy económico y baile asegurado .... Esto era todo lo que sabíamos.
Llegó el gran día y un autocar nos recogió a los de Castelldefels. Éramos en total casi sesenta personas, la mayoría de Gavà.
Y por fin sabíamos adonde iríamos.
El plan consistía en ir a visitar un poblado ibérico y comer en un restaurante de los alrededores donde podríamos bailar country.
Y por la autopista del Garraf nos llevó el autocar hasta Calafell.
Yo desconocía que en Catalunya quedara un poblado ibérico así que mi sorpresa fue doble. Por un lado aprender una cosa más que no tenia idea. Y por la otra ver que a pesar del tiempo transcurrido en el buen estado en que se encontraban los restos de la ciudad.
La ciudad era una plaza amurallada para defenderse de sus vecinos. Pero sobretodo de los piratas y asaltantes que venían por el mar.
No debían ser gente muy alta ya que entré en varias de las viviendas y el techo estaba a un metro por encima de mí. Y yo hago metro cincuenta y cuatro/cinco (según como te miden).
En las casas había la entrada que servía para guardar los enseres. Una sala que podía ser la cocina, comedor y salón pero sin chimenea y una habitación no muy grande donde se tendrían que hacinar los miembros de toda una família.
Algunas de las casas de las que no se conservan las paredes y el techo eran más grandes y disponían de más estancias. Se supone sería la del jefe del clan o el pueblo y los "nobles" del lugar. Unas estructuras que se ponían fuera de las viviendas eran los hornos para fabricar el pan. Y otros a fuera de las viviendas eran hornos para -suponemos- hacer cremaciones, comidas o ritos .... No sabemos bien para que lo usarían. Las calles eran estrechas y las casas estaban adosadas unas a otras. Una torre de madera servía -quizás hubieran más- para avistar a los enemigos o los vecinos que regresaban de sus partidas de caza o de las siembras....
Pasado el mediodía. Como siempre llegué la última porque no oí a qué hora había que estar en el autocar y pensando en mis cosas no se me ocurrió preguntar, nos montamos en el autocar y nos condujo al restaurante que estaba a un par de kilómetros del poblado ibérico.
El restaurante estaba en medio del campo y la carretera pasaba por uno de sus extremos. Allí cuando llegamos un DJ nos puso música para ambientar y ya empezamos con el "bailoteo" hasta pasadas las dos en que entramos en el comedor para comer.
El menú consistió en una ensalada variada muy completa, un plato de embutido que quedó pobre porque sólo pusieron jamón curado y queso, con pa amb tomaquet y de segundo podías escoger entre carne y pescado. Yo escogí la zarzuela de pescado con merluza, almejas, mejillones y gambas que estaba muy bien sazonada y suave. De postre una comtessa y el café. Todo regado con vino tinto, gaseosa y agua mineral. A mi me apeteció pedirme un anís con hielo y con la copa en la mano -después del ágape- salí afuera para ver bailar a la gente, bailar yo y estar pendiente de la Fórmula 1 que daban en la tele del bar del restaurante. El Alonso quedó tercero y se aseguró ser el segundo. Lo que tampoco está mal.
El Vettel lleva un cohete en la trasera del bólido y es intratable alcanzarle. Y como siempre el Alonso quejándose de que no tienen coche..... Pues tio, no haberte ido de la Renault y si no lo fabricas tú que así irás más con el misil pegado al trasero.....¡¡¡¡
Ay¡¡¡ Que nunca está contento.... Es un quejica.... Pero un gran piloto. Se le ve centrado y no està para gilipolleces.
Pasadas las siete ya regresamos a casa. Nos dejaron donde nos recogieron y xino-xano volví a casa andando.
Me quedó el buen sabor de boca de haber pasado un día donde me lo pasé muy bien con toda "la colla".
Borré lo de la poesía para grabar la excursión. Pero creo que con las fotos os podeis hacer una idea de cómo fue todo.
Hasta la pròxima¡¡¡¡¡
