dissabte, 27 de setembre del 2014

VIAJE A LA ISLA DE TABARCA. ALICANTE-SANTA POLA.


El jueves tras el desayuno nos llevaron para visitar la ciudad de Alicante, la Isla de Tabarca y pasear por Santa Pola. 
Nos llevaron al Museo de Les Fogueres donde se exponen les fogueres que han sido indultadas. Después al Mercado Central donde compramos unas pastas y unas cortezas de bacalao, vimos las paradas de flores y la Catedral. Nos paseamos por la ciudad hasta la hora de coger el autocar para ir a la Isla de Tabarca que está situada frente Santa Pola donde comimos después de un trayecto movidito con el catamarán subiendo y bajando como si fuera una montaña rusa en miniatura. 
Allá nos sirvieron un menú sencillo pero muy completo que después del trayecto -la verdad- no pude disfrutar porque se me pasó el hambre.... Visitamos la pequeña isla y en el viaje de vuelta el catamarán fué tan suave como si volara sobre las olas....
Más tarde, en Santa Pola nos llevaron a la antigua fortaleza que ahora es un centro cultural y donde se encuentra el Museo del Mar, el de Pesca y la capilla de la Virgen de Loreto. 
Con esta excursión ya se concluyó el pequeño viaje que hicimos de tres días a la Isla de Tabarca. Al día siguiente, mientras se hacia una demostración de productos -a la que, como siempre, no asistí-, aproveché para dar un largo paseo por el pueblo de Torrellano donde estuvimos alojados los tres días de la excursión.
Yo había pasado, cuando no había las carreteras que hay ahora, por la Comunidad Valenciana. Ahora es cuando la iré conociendo poco a poco, porque no tenía el conocimiento de que hubiera ninguna isla habitada -o sin habitar- en la provincia de Alicante.
Por el suelo que tiene esta Comunidad crece con abundancia la palmera datilera que está por todas partes y que la convierten en el principal proveedor de las palmas del Dia de Ramos.

Alicante: 





















Isla de Tabarca: 














Santa Pola:











En la excursión del Canal du Midi aparte de recorrer el río con las esclusas no valió gran cosa. Pero ésta, por su precio, ha estado muy bien. En el viaje de ida se hicieron varias paradas con lo que el trayecto -dentro de su pesadez- no se hizo cansado. Llegamos con tiempo para poder guardar las cosas en la habitación, comer y hacer una pequeña siesta o descanso. 
Aquella tarde nos llevaron a Elche e hicimos una visita panorámica con un trenecito que estuvo ameno. Y yo estuve interesada para volver algún día para visitar los Museos de la ciudad. 
Al dia siguiente, con tantos sitios para ir no había mucho tiempo para todo. Pero con lo que nos enseñaron fue lo bastante interesante para decir que quedamos contentos con la experiencia. Primero en Alicante, con sus paseos, jardines y palmeras y árboles milenarios. La Catedral que es como todas. Una vez vista una, las ves todas. Lo que cambia es su estructura, su entorno, si es gótica o románica... Si es muy grande o pequeña... Y -no puedo hablar por el resto de Europa, ya que no la conozco- pero en España hay algunas que son unas verdaderas joyas arquitectónicas, según mi gusto. La de Alicante lo que me gustó de ella no fue su edificación, sino los dos retablos que hay y el claustro. Después visitamos el Museu de les Fogueres que me gustó mucho con las "fallas" que quedaron indultadas y con la explicación sobre el mundo de las "fallas" o, como se ven obligados por copyright, "fogueres". 
El Mercado Central que no tiene nada de extraordinario con sus paradas de flores y víveres. Y su puerto marítimo con sus playas de arena dorada....
El autocar nos llevó a Santa Pola dejándonos en el puerto donde nos subimos a un barco-catamarán que al salir del puerto empezó la aventura de trasladarnos a la Isla de Tabarca con marejadilla como dicen los de la tele. Pasé mucho respeto y miedo porque daba la sensación de que nos íbamos a hundir ... Y por circunstancias me comí una bolsa de patatas que no dejaban de subir y bajar por el esófago durante la travesía. 
La comida fue completa. Pero yo tenía atragantada la comida después del "viajecillo".... 
La isla es pequeña y en media hora ya la has visto. Pero reconozco que el paseo que me di por ella me agradó mucho. Fue relajante y placentero. Ahora yo no podría vivir allí. Me sentiría prisionera... 
La travesía de vuelta fue como planear encima de las olas. No me di cuenta que ya arribábamos a puerto. Desembarcamos y nos llevaron a una antigua fortaleza que tiene la capilla de la Virgen de Loreto, Museo del Mar y es un centro cultural muy interesante. 
En resumen, un viaje con experiencias interesantes. 
Hasta el próximo que, si todo va bien, será al Monasterio de Piedra... Un fin de semana. 

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