dilluns, 26 d’octubre del 2015

UNO DE LOS HOMBRES SIN PIEDAD.



José Bódalo Zuffoli (CórdobaArgentina24 de marzo de 1916 - Madrid24 de julio de 1985) fue un actor español, uno de los más representativos del teatro, la televisión y el cine español desde la década de 1950.



Biografía


Fue hijo de la actriz Eugenia Zuffoli y del tenor cómico José Bódalo. Su nacimiento en Argentina coincidió con una gira artística de su familia, pero pronto se traslada a Madrid, donde inicia estudios de Medicina.
Tras la Guerra Civil Española, emigra con su familia a Venezuela, donde debuta en la radio, trabajando como locutor y actor para Radio Caracas e iniciándose también en el fútbol profesional.
En 1940 realiza su primera representación teatral, junto a la compañía de sus padres, en la obra Madres frente a la guerra, con la que recorre varios países de Latinoamérica.
En 1947 regresa a España y comienza a interpretar La enemiga en teatro y realiza su primera película Alhucemas, de José López Rubio.
En los siguientes años se consolida como uno de los más destacados intérpretes en el panorama artístico español, tanto en cine, como en teatro y televisión. Destacan las continuas temporadas dramáticas en el teatro María Guerrero de Madrid, estrenando obras del primer plano de la actualidad de la capital.
Falleció en Madrid el 24 de julio de 1985 a los 69 años de edad aunque según su esquela murió con sesenta y siete. La muerte se produjo como consecuencia de una prolongada enfermedad de origen neoplásico en la Clínica Rúber. 


Trayectoria profesional


Teatro


Tras su regreso a España, fue contratado como galán en la compañía de Tina Gascó y más tarde pasó a la de Amparo Rivelles.
En 1961 ingresa en la Compañía del Teatro Nacional María Guerrero y en 1965 se convierte en su primer actor, bajo la dirección de José Luis Alonso. A lo largo de los años logró importantes críticas teatrales, entre otros, por interpretaciones como las de Una mujer cualquiera (1952), de Miguel Mihura, La guerra empieza en Cuba (1955) y La vida privada de mamá (1956), ambas de Víctor Ruiz Iriarte, Las cartas boca abajo (1957), de Antonio Buero Vallejo, El jardín de los cerezos (1960), de ChejovEl rinoceronte (1961), de Ionesco, Eloísa está debajo de un almendro (1961), de Jardiel Poncela, Los caciques (1962), de Carlos Arniches, La loca de Chaillot (1962), de Jean Giraudoux, Soledad (1962), de Miguel de Unamuno, Juana de Lorena (1962) de Maxwell Anderson, El jardín de los cerezos (1963), de Chejov, Los verdes campos del Edén (1963), de Antonio Gala, El proceso del Arzobispo de Carranza (1964), de Joaquín Calvo Sotelo, Noches de San Juan (1965) de Ricardo López Aranda, Viuda ella, viudo él (1968), de Alfonso Paso, Romance de lobos (1970) de Valle-Inclán, El sueño de la razón (1970), de Buero Vallejo,  El círculo de tiza caucasiano (1971), de Bertolt Brecht, Dulcinea (1972), de Gaston Baty, Misericordia (1972), de Benito Pérez Galdós, Las tres hermanas (1973), de Anton Chejov, Anillos para una dama (1973), de Antonio Gala, Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga (1978), de José María Rodríguez Méndez, La gata sobre el tejado de zinc (1979), de Tennessee Williams, Panorama desde el puente (1980), de Arthur Miller, El pato silvestre (1982), de Ibsen y Tres sombreros de copa (1983), de Mihura.



Cine


En cine intervino en una cincuentena de títulos, casi siempre en papeles secundarios. Entre los títulos en los que intervino figuran Agustina de Aragón (1950), deJuan de Orduña, con Aurora Bautista, BalarrasaVuelo 971 (1954), Teresa de Jesús (1961), Cristo negro (1963) o Búsqueme a esa chica (1965), donde interpretó al padre de Marisol.
Su registro dramático le llevó a interpretar papeles clave en algunas de las más destacadas películas de José Luis Garci: El crack (1981), Volver a empezar (1982) (ganadora de un Óscar de la Academia Norteamericana), El crack II (1983), Las autonosuyas (1983) y Sesión continua (1984) , así como en La Colmena (1982), de Mario Camus y Últimas tardes con Teresa (1984), de Gonzalo Herralde.


Televisión

Fue durante casi treinta años uno de los rostros más habituales de la pequeña pantalla en España, interviniendo en más de quinientos espacios dramáticos. Debutó con la obra El oso, de Chejov. Después vendrían decenas de papeles en los espacios dramáticos de teatro televisado de los años sesenta y setenta, como Primera filaNovelaTeatro de siempre (1968-1971), Pequeño Estudio (1969-1970), La Comedia Musical Española (1985), de Fernando García de la Vega o sobre todo Estudio 1, donde destacan sus interpretaciones en Tres sombreros de copa (1966), de Mihura, El mercader de Venecia (1967), de Shakespeare, Tío Vania(1969), de Chejov, Doce hombres sin piedad (1973), de Reginald Rose, Misericordia (1977), de Benito Pérez Galdós o Nosotros, ellas y el duende (1979), de Carlos Llopis.
También tuvo papeles destacados en series como Teletipos (1964), Confidencias (1964), Tiempo y hora (1965-1966), Diana en negro (1970) o Cañas y barro(1978), donde dio vida al personaje de Cañamel.


Trayectoria en televisión


  • La comedia musical española
    • Luna de miel en El Cairo (29 de octubre de 1985)
    • Ana María (26 de noviembre de 1985)
    • El sobre verde (24 de diciembre de 1985)
  • Goya (1985)
  • La comedia
    • La señorita de Trevélez (24 de enero de 1984)
  • Un encargo original
    • Zanja (23 de julio de 1983)
  • Los desastres de la guerra (1983)
  • Anillos de oro
    • Cuando se dan mal las cartas (1 de enero de 1983)
  • Cañas y barro (1978)
  • El teatro
  • Telecomedia
    • La oportunidad (16 de noviembre de 1974)
  • Noche de teatro
  • Buenas noches, señores
    • Nocturno (28 de junio de 1972)
  • Ficciones
    • El cocodrilo (2 de diciembre de 1971)
  • Hora once
    • La rosa de la Alhambra (18 de enero de 1971)
  • Juegos para mayores
    • Comedor reservado (18 de enero de 1971)
    • La finca (8 de febrero de 1971)
  • Las tentaciones
    • Pas de deux, pas de quatre (26 de octubre de 1970)
  • Al filo de lo imposible
    • El coche viejo (27 de julio de 1970)
  • Diana en negro
    • La esposa del jugador (9 de enero de 1970)
    • Pesadilla (30 de enero de 1970)
    • El cadáver descalzo (8 de mayo de 1970)
    • Un muerto en cuenta corriente (5 de junio de 1970)
    • A Las tres en punto (19 de junio de 1970)
  • La risa española
    • Genio y figura (11 de abril de 1969)
    • Usted es Ortiz (16 de mayo de 1969)
    • Los chorros del oro (30 de mayo de 1969)
  • Pequeño estudio
    • La corona de dalias (4 de febrero de 1969)
    • El carnaval (12 de febrero de 1969)
    • La coartada (18 de junio de 1969)
    • El misterio de la estafeta (17 de julio de 1970)
    • La abuela Raimunda (24 de julio de 1970)
  • Estudio 1
    • El caso de la señora estupenda (26 de enero de 1966)
    • El rinoceronte (29 de junio de 1966)
    • Los mosquitos (10 de agosto de 1966)
    • Europa y el toro (19 de octubre de 1966)
    • Cuando las nubes cambian de nariz (26 de octubre de 1966)
    • Los verdes campos del Edén (4 de enero de 1967)
    • Todos eran mis hijos (1 de febrero de 1967)
    • La casa de los siete balcones (21 de junio de 1967)
    • El mercader de Venecia (23 de agosto de 1967)
    • Legítima defensa (20 de septiembre de 1967)
    • Los físicos (10 de octubre de 1967)
    • Corona de amor y muerte (1 de noviembre de 1967)
    • La rueda (14 de noviembre de 1967)
    • Son las doce, Doctor Schweitzer (19 de diciembre de 1967)
    • El landó de seis caballos (4 de junio de 1968)
    • La pareja (11 de junio de 1968)
    • El proceso del arzobispo Carranza (1 de abril de 1969)
    • El acorazado Valiant (6 de mayo de 1969)
    • El gesticulador (20 de mayo de 1969)
    • Tío Vania (11 de noviembre de 1969)
    • La casa (18 de junio de 1970)
    • Las cartas boca abajo (25 de junio de 1970)
    • Pedro y Juan (28 de abril de 1972)
    • El concierto de San Ovidio (19 de enero de 1973)
    • Doce hombres sin piedad (16 de marzo de 1973)
    • El canto de la cigarra (1 de junio de 1973)
    • El ladrón (5 de octubre de 1973)
    • Doña Clarines (7 de julio de 1975)
    • Misericordia (25 de abril de 1977)
    • Trampa para un hombre solo (30 de mayo de 1977)
    • Tres sombreros de copa (20 de abril de 1978)
    • La casa (31 de enero de 1979)
    • Nosotros, ellas y el duende (28 de febrero de 1979)
    • Los viernes a las seis (16 de mayo de 1979)
    • El solar de mediacapa (20 de abril de 1980)
    • La silla número 13 (29 de junio de 1980)
    • Escuela de mujeres (14 de septiembre de 1980)
    • La serrana de la vera (10 de marzo de 1981)
    • Un enemigo del pueblo (29 de mayo de 1981)
    • El pato silvestre (6 de diciembre de 1982)
    • El sombrero de copa (21 de agosto de 1984)
  • Teatro de siempre
    • El rey se muere (29 de marzo de 1968)
    • Mi familia (7 de febrero de 1969)
    • Mañana te lo diré (26 de noviembre de 1970)
    • Timón de Atenas (22 de enero de 1971)
  • Los encuentros
    • Un vagabundo (15 de julio de 1967)
  • Dichoso mundo
    • El otro mundo (19 de junio de 1967)
  • Historias de hoy
    • Una noche en el paraíso (7 de marzo de 1967)
  • Teatro breve
    • Mañana de sol (11 de septiembre de 1966)
    • Corazones y diamantes (13 de noviembre de 1980)
  • La pequeña comedia
    • El café (25 de junio de 1966)
    • Cuando los duros se ablandan (30 de agosto de 1966)
  • Historias para no dormir
    • El túnel (3 de marzo de 1966)
  • Tiempo y hora
    • La cigarra y la hormiga (26 de febrero de 1966)
    • La vuelta de un hombre (9 de octubre de 1966)
    • Fábula sin moraleja (30 de octubre de 1966)
    • Días de haber (1 de enero de 1967)
    • El abogado de oficio (1 de enero de 1967)
  • Teatro de humor
    • La venganza de la Petra (6 de junio de 1965)
  • Tengo un libro en las manos
    • El libro de El Escorial (28 de abril de 1964)
    • Don Carlos (12 de mayo de 1964)
  • Confidencias
    • El hombre que trae un pañuelo rojo (7 de febrero de 1964)
    • Por mamá (20 de marzo de 1964)
    • La libertad (15 de mayo de 1964)
    • El visitante (12 de junio de 1964)
    • Juicio íntimo (17 de julio de 1964)
    • Las cosas sencillas (17 de octubre de 1964)
    • A la una y media (20 de diciembre de 1964)
  • Estudio 3
    • Estación 83 (27 de enero de 1964)
    • La muñeca vieja y fea (30 de enero de 1965)
  • Sospecha
    • El caso del viejo del Tibet (18 de octubre de 1963)
  • Novela
    • El caso del visitante (16 de junio de 1963)
    • Mis últimos cien amores (10 de febrero de 1964)
    • Premio para un hombre honrado (16 de marzo de 1964)
    • Un actor para un crimen (16 de noviembre de 1964)
    • Paso a nivel (8 de febrero de 1965)
    • Leopoldo (26 de julio de 1965)
    • Marianela (16 de noviembre de 1965)
    • El amigo manso (22 de marzo de 1966)
    • El último pobre (18 de abril de 1966)
    • El pueblo afortunado (21 de noviembre de 1966)
    • Cambio de luz (13 de marzo de 1967)
    • Cincuenta mil pesetas (24 de julio de 1967)
    • La balada del rey Gaspar (1 de enero de 1968)
    • Keleidoscopio en K (24 de junio de 1968)
    • Hay alguien fuera (16 de septiembre de 1968)
    • Marieta y su familia (28 de abril de 1969)
    • Aguas estancadas (30 de junio de 1969)
    • Menos que nada (17 de septiembre de 1973)
    • La casa de las locas (21 de enero de 1974)
    • El hombre de los aplausos (10 de enero de 1977)
  • El hombre, ese desconocido
    • El detenido (1 de junio de 1963)
  • Primera fila
    • Que viene mi marido (17 de mayo de 1963)
    • La loba (20 de mayo de 1964)
    • El cero y el infinito (29 de julio de 1964)
    • La bella desconocida (26 de agosto de 1964)
    • El canto de la cigarra (23 de diciembre de 1964)
    • Don José, Pepe y Pepito (20 de enero de 1965)
    • Los persas (31 de marzo de 1965)
    • Niebla en el bigote (15 de septiembre de 1965)

Premios

  • Premio Nacional de interpretación dramática (1961).
  • Antena de Oro (1962).
  • Premio Ondas (Nacionales de televisión). Mejor actor (1965)
  • Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo (1969) por Sangre en el ruedo.
  • TP de Oro (1980) al Mejor Actor, por Estudio 1.
  • Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos (1983) por Las Autonosuyas.

dimarts, 20 d’octubre del 2015

UN MALVADO CON UN GRAN CORAZÓN Y HERMOSA VOZ



Fernando Casado Arambillet (La Coruña20 de septiembre de 1917 – Madrid9 de marzo de 1994), conocido artísticamente como Fernando Rey, fue un actor español de amplia trayectoria reconocida internacionalmente.


Carrera

Fernando Rey estudió arquitectura pero el comienzo de la Guerra Civil Española truncó sus estudios. Era hijo del oficial de Artillería Fernando Casado Veiga, republicano y ayudante de Azaña, que nada tuvo que ver con el coronel del mismo apellido, Segismundo Casado.


Comienzos

En 1936 comenzó su carrera como actor haciendo de figurante, apareciendo en ocasiones en los créditos. Fue entonces cuando eligió su nombre artístico. Mantuvo su nombre pero adoptó el segundo apellido de su madre Sara Arambillet Rey. Durante la guerra civil luchó del lado republicano. Su padre, ya coronel, fue nombrado al final de la guerra Inspector General del Arma de Artillería. Al acabar la Guerra Fernando y su padre son hechos prisioneros por los nacionales. A Fernando lo internan en el campo de detención improvisado en Valencia, en el estadio de Mestalla. Mientras que su padre permaneció encarcelado durante años, el joven Fernando consiguió escapar de Mestalla, subir a un tren de mercancías y llegar a Madrid.
Hacia 1940 se inició como actor de doblaje, después de leer un anuncio en el que se buscaba una nueva voz para un actor igualmente nuevo, Tyrone Power. Su voz, considerada intensa y personal, fue también una de las primeras con las que contó Laurence Olivier en español, quien llegó a felicitarle por su doblaje en Hamlet (1948).
En 1944 tuvo su primer papel hablado, el Duque de Alba en la película Eugenia de Montijo, de José López Rubio, protagonizada por Amparo Rivelles. En 1948 dio vida a Felipe el Hermoso en la película Locura de amor, dirigida por Juan de Orduña y junto a Aurora Bautista y una debutante Sara Montiel.
Este fue el comienzo de una prolífica carrera en cine, radio, teatro y televisión. También actuó como doblador en la televisión española y llegó a ser el narrador de importantes películas como Bienvenido, Mister Marshall, de Luis García Berlanga (1953); Marcelino pan y vino, de Ladislao Vajda (1955) e incluso del Don Quijote que dirigió Orson Welles en 1969. De hecho, participó en cuatro versiones diferentes de El Quijote en diferentes papeles.


Con Luis Buñuel

En 1960 se casó con la actriz argentina Mabel Karr, con quien tuvo en 1961 a su único hijo, Fernando Casado Campolongo.
Sus trabajos con Luis Buñuel en los 60 y los 70 le hicieron internacionalmente famoso; fue el «primer actor internacional español». Intervino en Viridiana (1961) y protagonizó Tristana (1970) y El discreto encanto de la burguesía (1972), película surrealista que recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de ese año.
El último éxito del tándem Rey-Buñuel fue Ese oscuro objeto del deseo (1977), candidata a otro Óscar a la mejor película extranjera y al Globo de Oro en la misma categoría, aunque no ganó ninguno de los dos. La voz de Fernando Rey fue doblada por Michel Piccoli. Desde entonces no dejaría de sumarse a proyectos cinematográficos rodados en Italia, Francia, Reino Unido o Estados Unidos.


Carrera internacional

Interpretó al villano Alain Charnier en The French Connection (1971), de William Friedkin. Inicialmente, Friedkin quería a Francisco Rabal como Charnier, pero no conocía su nombre, sólo sabía que era un actor español. Rey fue contratado antes de que Friedkin lo viera. No hablaba francés, pero Friedkin supo que Rabal no hablaba francés ni inglés, por lo que decidió mantener a Fernando Rey. Esta película, protagonizada por Gene Hackman, ganó cinco Premios Óscar. Posteriormente se rodó una secuela de notable calidad, French Connection II, que algunos creen comparable o casi superior a su predecesora. La dirigió John Frankenheimer y volvió a contar con Gene Hackman y el actor español.
Se barajó el nombre de Fernando Rey para un papel secundario en El Padrino II, que finalmente no interpretó, pero en 1977 encarnó al Rey Gaspar en la serie Jesús de Nazareth, que dirigió y produjo Franco Zeffirelli con un reparto estelar: Laurence Olivier, James Mason, Anne Bancroft, Claudia Cardinale... 
Encarnó al padre de Geraldine Chaplin en Elisa, vida mía, de Carlos Saura. También participó en Siete bellezas, de Lina Wertmuller (película que fue nominada a cuatro Óscars); en El gran atasco, de Luigi Comencini y en Quinteto, de Robert Altman.


Últimos años

En Bearn o La sala de las muñecas (Jaime Chávarri, 1983) interpretó a un aristócrata en decadencia y compartió cartel con Amparo Soler Leal y Ángela Molina. Destacó igualmente en Padre Nuestro y Diario de invierno, ambas de Francisco Regueiro, así como en Mi general (Jaime de Armiñán, 1987), donde coincidió con Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez y Héctor Alterio, entre otros. Fueron más breves sus cometidos en El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987), El aire de un crimen (Antonio Isasi-Isasmendi, 1988) y 1492: La conquista del paraíso (Ridley Scott, 1992). También tuvo una breve aparición en la tercera temporada de la serie Los ladrones van a la oficina.
Uno de sus últimos grandes papeles fue El Quijote de Miguel de Cervantes, adaptación dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón para Televisión Española, que alcanzó notable éxito y supuso a su edad un encomiable esfuerzo moral, mental y físico. Su última aparición cinematográfica, en la película de Jaime de Armiñán Al otro lado del túnel, resultó premonitoria.
Murió en Madrid de cáncer a la edad de 76 años.

Honores y galardones

Durante los 80 y los 90, Fernando Rey fue premiado en el Festival de Cine de San Sebastián y en el de Cannes, y obtuvo la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, además de un Premio Goya al mejor actor. Fue presidente de dicha academia desde 1992 hasta su muerte, dos años después.



Premios y candidaturas



Festival Internacional de Cine de Cannes
AñoCategoríaPelículaResultado
1977Mejor interpretación masculinaElisa, vida míaGanador


Festival Internacional de Cine de San Sebastián
AñoCategoríaPelículaResultado
1972Concha de Plata al mejor actorLa dudaGanador
1988Concha de Plata al mejor actorDiario de invierno
El aire de un crimen
Ganador


Premios Goya
AñoCategoríaPelículaResultado
1988Mejor interpretación masculina protagonistaDiario de inviernoGanador


Fotogramas de Plata
AñoCategoríaPelícula/SerieResultado
1970Mejor intérprete de cine españolTristanaGanador
1985Mejor actor de cineEl caballero del dragón
Padre nuestro
Candidato
1988Mejor actor de cineDiario de invierno
El túnel
Pasodoble
Candidato
1992Mejor actor de televisiónEl Quijote de Miguel de CervantesGanador


Otros reconocimientos

  • Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos; Premio Sant Jordi y Premio ACE por Tristana (1970).
  • Premio Nacional de Cinematografía (1990).
  • Premio de la Unión de Actores de España al mejor actor de televisión por El Quijote (1992).
  • Miembro del jurado del Festival de Cannes de 1975.
  • Estrella en el Paseo de la Fama de Madrid (2011).

dilluns, 12 d’octubre del 2015

UNA REINA QUE GOBERNÓ CON MANO DE HIERRO INCLUYENDO EL ASESINATO POLÍTICO


Isabel I (en inglés, Elizabeth I), a menudo referida como La Reina VirgenGloriana o La Buena Reina Bess (Greenwich, 7 de septiembre de 1533-Richmond, 24 de marzo de 1603) fue reina de Inglaterra e Irlanda desde el 17 de noviembre de 1558 hasta el día de su muerte. Isabel fue la quinta y última monarca de la Dinastía Tudor. Hija de Enrique VIII, nació como princesa, pero su madre, Ana Bolena, fue ejecutada cuando ella tenía tres años, con lo que Isabel fue declarada hija ilegítima. Sin embargo, tras la muerte de sus hermanos Eduardo VI y María I, Isabel asumió el trono.
Una de las primeras medidas que tomó fue establecer una iglesia protestante independiente de Roma, que luego evolucionaría en la actual Iglesia de Inglaterra, de la que se convirtió en la máxima autoridad.
Se esperaba que Isabel contrajera matrimonio, pero pese a varias peticiones del Parlamento, nunca lo hizo. Las razones para esta elección no se conocen y han sido ampliamente debatidas. A medida que Isabel fue envejeciendo, su virginidad la volvió famosa y un culto creció alrededor de ella, celebrado en retratos, desfiles y literatura de la época.
La reina se hizo cargo de un país dividido por cuestiones religiosas en la segunda mitad del siglo XVI. Durante su reinado, Inglaterra tuvo un gran esplendor cultural, con figuras como William Shakespeare y Christopher Marlowe; también fueron importantes personajes Francis Drake y John Hawkins. Mantuvo gélidas relaciones con Felipe II, con quien libró una guerra que arruinó económicamente a ambos países. Su reinado de 44 años y 127 días ha sido el quinto más largo de la historia inglesa, por detrás de los de Victoria I, Isabel II, Jorge III y Eduardo III. 


Infancia y juventud

Enrique VIII y Ana Bolena, padres de Isabel I.










Isabel nació en el palacio de Placentia, el 7 de septiembre de 1533, siendo la hija de Enrique VIII de Inglaterra y de su segunda esposa, Ana Bolena. Enrique habría preferido un varón para asegurar la sucesión de la casa Tudor pero, tras su nacimiento, Isabel se convirtió en princesa heredera al trono de Inglaterra. Al ser Ana incapaz de dar un heredero al rey, este ordenó ejecutarla bajo la acusación de traición (el adulterio al rey se consideraba traición) y brujería, por haber mantenido relaciones incestuosas con su hermano (19 de mayo de1536); cargos que son considerados hoy como falsos, aunque existen cartas cruzadas entre la reina María I Tudor, hermana de Isabel, y su esposo, el rey Felipe II de España, en las que María informaba a su esposo que no consideraba a Isabel su legítima sucesora por ser hija del músico Mark Smeaton, lo que daría hoy en día un vuelco a la inocencia de Ana Bolena en su acusación de adulterio. Cuando su madre murió, fue dejada al cuidado de Lady Margaret Bryan hasta que su hermano nació y después fue educada por Katherine Ashley. Isabel tenía entonces tres años cuando fue declarada hija ilegítima, por lo que perdió su título de princesa. Vivió retirada de la Corte, lejos de su padre y de sus sucesivas esposas, aunque la última de estas, Catalina Parr, medió para que padre e hija se reconciliaran. Isabel, gracias al Acta de Sucesión de 1544, recobró sus derechos en la línea sucesoria, detrás de su hermano, el príncipe Eduardo, hijo de Jane Seymour y de su hermana, María Tudor, hija de Catalina de Aragón, que también fue restituida en esa misma Acta de Sucesión.
Isabel Tudor, h. 1546, de autor desconocido.














Entre sus asistentes, durante la época del exilio, destacaron Katherine Champernowne y Matthew Parker. La primera fue incluida entre los miembros de la casa de Isabel, previamente a la muerte de su madre y mantuvo con la futura reina una amistad que se prolongó hasta su posterior deceso. Matthew Parker fue el sacerdote favorito de Ana Bolena, quien le hizo prometer, antes de su ejecución, que se preocuparía del bienestar de su hija.
En cuanto a su personalidad, Isabel tenía mucho en común con su madre: neurótica, carismática, enamoradiza y fervientemente protestante. También heredó su delicada estructura ósea, así como sus rasgos faciales; del rey, solo su cabello rojizo.
Tras la muerte de Enrique VIII en 1547 y el ascenso al trono de su hijo, Eduardo VI, Catalina Parr contrajo nuevo matrimonio con Thomas Seymour —tío de Eduardo— llevándose a Isabel consigo. Allí, ésta recibió una exquisita educación que le propició una excelente expresión en su inglés natal, en francés, en italiano, en español, en griego y en latín. Bajo la influencia de Catalina, Isabel se formó como protestante.
Mientras su hermano se mantuvo en el trono, la posición de Isabel fue inestable. Sin embargo, en 1553, Eduardo murió a la temprana edad de 15 años. Antes de su fallecimiento, y contraviniendo el Acta de Sucesión dictada por su padre en 1544, Eduardo declaró heredera a lady Jane Grey, que sería depuesta unos días después de su coronación, el 19 de julio de 1553. Apoyada por el pueblo, María Tudor ingresó triunfante en Londres acompañada de su media hermana.
Sin hacer caso de la opinión pública, María contrajo matrimonio con el príncipe Felipe de España, futuro rey de España bajo el nombre de Felipe II. La impopularidad de esta unión provocó en María el miedo a ser derrocada por una rebelión popular que nombrara a Isabel como nueva monarca. Este temor casi se hizo realidad cuando la rebelión de Thomas Wyatt de 1554 intentó evitar su boda. Tras su fracaso, Isabel fue hecha prisionera en la Torre de Londres, pero su ejecución, solicitada por algunos miembros del séquito español, nunca se materializó debido a la resistencia de la corte inglesa a enviar a un miembro de los Tudor al patíbulo. La reina intentó entonces apartar a Isabel de la línea sucesoria como castigo, pero el Parlamento se lo impidió. Tras dos meses de encierro en la Torre, Isabel fue puesta bajo vigilancia de Sir Henry Bedingfield. A finales de ese año, corrió el falso rumor de que María se encontraba embarazada. Se permitió entonces que Isabel retornara a la corte, ya que Felipe guardaba cierto recelo a que su esposa muriera durante el parto, en cuyo caso prefería que el trono fuera destinado a la recluida.
Al instante en el que se desmintió el hecho, María, incapaz de evitar que Isabel la sucediera, intentó convertirla al catolicismo, cosa que esta última fingió aceptar pese a que en su interior siguió siendo fiel a la fe protestante.

Primeros años en el poder

Isabel I en su coronación, 1559.
Isabel I recibiendo embajadores (ing., Queen Elizabeth and the Ambassadors), 1560.














En 1558, tras la muerte de María, Isabel subió al trono, siendo coronada el 15 de enero de 1559, en lo que fue la última ceremonia de coronación en latín de Inglaterra (a partir de su sucesor, Jacobo I, el rito de coronación se realizó en inglés). Isabel era mucho más popular que su hermana María y se dice que, tras la muerte de esta, el pueblo lo celebró por las calles.
Al comienzo de su reinado, la política exterior de Isabel se caracterizó por su cautelosa relación con la España de Felipe II, que se había ofrecido a casarse con ella en 1559, y sus problemáticas relaciones con Escocia y Francia, país este último con el que se encontraba en guerra debido a que su hermana María había decidido apoyar a su marido Felipe en la guerra casi continua en la que se hallaban inmersas España y Francia desde 1522.
La reina de Escocia, María Estuardo (nieta de Margarita Tudor, hermana de Enrique VIII), estaba casada con Francisco II de Francia. Aunque residía en Francia, su madre, María de Guisa, parte de una de las más poderosas y católicas casas nobiliarias francesas, regía el reino en su ausencia, defendiendo los intereses de los católicos en Escocia. Debido a la guerra contra Francia en la que se encontraba inmersa Inglaterra, Francisco II apoyó las pretensiones de su mujer al trono inglés, mientras que la madre de esta permitía la presencia de tropas francesas en bases escocesas.
Rodeados por la amenaza francesa, Isabel y Felipe se vieron forzados a unir fuerzas pese a sus diferencias religiosas. Por un lado, y gracias a la mediación de Felipe, Inglaterra se sumó al tratado de paz de Cateau-Cambrésis en 1559, en el que Isabel renunció formalmente a la última plaza inglesa en el continente, Calais, capturada el año anterior por Francisco de Guisa, hermano de María de Guisa; por su lado, Francia se comprometía a retirar su apoyo a las pretensiones de María Estuardo al trono inglés. Durante las celebraciones que acompañaron a la firma de este tratado de paz, Francisco II murió, lo que provocó en 1561 el regreso de su esposa María a Escocia.
Además, en el mismo año (1559), Isabel apoyó la revolución religiosa de John Knox, líder protestante escocés, que buscaba eliminar la influencia católica en Escocia. Isabel envió un ejército a sitiar Leith, donde se concentraban las tropas francesas, y una armada a bloquear el Fiordo de Forth, donde se esperaba que los franceses desembarcaran refuerzos para apoyar a los escoceses. Aunque el sitio de Leith fue un terrible fracaso, la armada logró impedir el desembarco francés, y facilitó la victoria rebelde, logrando, tras la muerte de María de Guisa en 1560, la firma por parte de representantes de María Estuardo del Tratado de Edimburgo, que eliminó la influencia francesa en Escocia, aunque María se negó siempre a ratificar dicho tratado.
Mientras tanto, en Francia, Catalina de Médicis, regente en nombre de Carlos IX tras la muerte de Francisco II, fue incapaz de impedir a Francisco de Guisa llevar a cabo una matanza de hugonotes, con lo que estalló una guerra religiosa entre la casa católica de Guisa, dirigida por Francisco, y la casa protestante de Borbón, dirigida por el príncipe de Condé, Luis Borbón. Isabel apoyó la causa protestante, llegando a comprar a estos últimos el puerto de El Havre, que pensaba intercambiar por Calais al final de la guerra. Sin embargo, tras la tregua entre protestantes y católicos de 1563, Isabel fue incapaz de retener El Havre y firmó una paz con Francia en 1564.
Tras las victorias en Escocia y la desafortunada intervención en Francia, desaparecieron los únicos elementos comunes de la política exterior de Isabel y Felipe II, lo que se tradujo en un continuo decaimiento de las relaciones entre ambos países, a la vez que en un acercamiento de Inglaterra a Francia.
Desde los primeros años de su reinado, Isabel depositó su confianza en sir William Cecil (Lord Burghley desde 1572), que fue primero Secretario Real y luego Tesorero real hasta su muerte en 1598, momento en el cual la confianza de la reina pasó al hijo de este, Robert Cecil.


La sucesión: María Estuardo



La reina María I de Escocia.













Poco después del ascenso de Isabel al trono se inició un debate sobre quién tenía que ser el esposo de la reina, incluyendo la petición del Parlamento a la reina de que contrajera matrimonio. Sin embargo, contraer matrimonio hubiera significado para Isabel compartir el poder con el rey consorte, algo hacia lo que sentía cierta repulsión, y que puede explicar en parte su negativa constante a hablar siquiera de matrimonio. Sin hijos que la sucedieran, Isabel tenía dos herederas lógicas: María Estuardo, descendiente de la hermana mayor de Enrique VIII, Margarita Tudor, y Catherine Grey, descendiente de la hermana menor de Enrique VIII, María Tudor. Isabel sentía animadversión tanto hacia la primera, por sus enfrentamientos anteriores y su catolicismo, como hacia la segunda, que se había casado sin el permiso real y cuya hermana Jane había «usurpado» el trono inglés.
El problema de la sucesión se agravó en 1562, año en el que Isabel sufrió la varicela. Aunque se recuperó, el Parlamento volvió a insistir en la necesidad de que se casara para obtener descendencia, a lo que Isabel se negó, disolviendo el parlamento hasta 1566. Ese año la reina necesitaba el permiso del Parlamento para recaudar más fondos; este le fue otorgado a condición de que se casara, a lo que Isabel volvió a negarse. En 1568, Catherine Grey murió dejando descendientes que por distintas razones no eran aptos para el trono; así pues, María Estuardo vio aún más reforzada su posición de heredera natural del reino.
Sin embargo, María tenía sus propios problemas en Escocia, donde una rebelión provocada por su boda con el asesino de su segundo marido (con el que había concebido a Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia) forzó que abdicara en este y huyera a Inglaterra. Allí fue muy mal recibida, y debido tanto al peligro que suponía para Isabel como heredera del trono como al descubrimiento de unas cartas donde supuestamente instigaba a los asesinos de su segundo marido a actuar, fue recluida en el Castillo de Sheffield.


Apoyo a la causa protestante



Monedas con la efigie de la reina Isabel I, 1585.









En 1568, Isabel se sintió amenazada por la durísima represión del Duque de Alba de las revueltas protestantes en Holanda, así como por el ataque de Felipe II contra los barcos de los piratas Francis Drake y John Hawkins. Mientras que sus consejeros, encabezados por Francis Walsingham, pedían a la reina que apoyara la causa protestante como ya había hecho años antes con el príncipe de Condé, ésta se inclinó por ordenar la captura de la flota de Indias en 1569.
Ese mismo año (1569) se producen dos levantamientos: la llamada Rebelión del Norte, liderada por nobles católicos de dicha zona, que esperaban contar con el apoyo de España contra Isabel, y la primera rebelión de Desmond contra el gobierno inglés en Irlanda, liderada por James Fitzmaurice Fitzgerald. Sin embargo, tanto el Duque de Alba como Felipe II eran reacios a intervenir en Inglaterra, dada la complicada situación en Holanda. Privados sus enemigos de apoyo exterior, Isabel pudo hacer frente a las rebeliones, aunque fue excomulgada por una bula papal de 1570, que exacerbó sus problemas con los católicos. Un año después el banquero florentino Ridolfí planeó asesinar a la reina y colocar a María Estuardo en el trono, con apoyo de España, para restaurar el catolicismo. Sin embargo, el plan fue descubierto por Cecil, y los conspiradores fueron ejecutados. Entre ellos se encontraba el duque de Norfolk, primo de Isabel.
El endurecimiento de sus problemas con los católicos no impidió a Isabel inclinarse por una alianza con Francia como contrapeso a España, a pesar de la matanza de San Bartolomé de 1572. Llegó incluso a negociar su matrimonio con el futuro Enrique III, y tras la coronación de éste, con su hermano Francisco de Anjou, que falleció en 1584 antes de que la unión pudiera llevarse a cabo.
La presión sobre Isabel para que apoyara a los protestantes holandeses fue incrementándose, hasta que en 1577 el consejo real, incluyendo a Cecil, aprobó unánimemente el envío de una fuerza expedicionaria. La reina confirió el mando de dicha fuerza a Robert Dudley, conde de Leicester, pero cambió de opinión al año siguiente retirando su apoyo por su reticencia a entrar en un conflicto abierto con España.
En 1579, apoyándose en la bula de excomunión contra Isabel, James Fitzmaurice Fitzgerald lanzó la segunda rebelión de Desmond. Contaba con el apoyo del Papa, que envió tropas y dinero, y de Felipe II, que envió un pequeño cuerpo expedicionario a Irlanda, aceptando ser coronado en lugar de Isabel cuando la revolución triunfara. Sin embargo, las tropas de la reina lograron contener progresivamente la rebelión, acabando con ella en 1583.

La guerra con España

Retrato de Isabel I (de autor anónimo, hacia 1589), conmemorando la derrota de la armada española (representada en el fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la mano derecha de la reina, símbolo de su poder mundial.













España presionaba los intereses ingleses con fuerza: el apoyo a los rebeldes irlandeses y el ascenso de Felipe II al trono de Portugal, y sobre todo la desesperada situación protestante en Holanda (con Amberes a punto de caer) y Francia, donde la Liga Católica y la familia Guisa habían logrado imponer su voluntad a Enrique III, constituían serias amenazas para Inglaterra. Temiendo la rendición holandesa y la coronación de un títere español en Francia, Isabel se comprometió en1585 a apoyar a los rebeldes holandeses, enviando al Conde de Leicester con 5000 hombres y 1000 caballos. Como garantía de pago por sus gastos, Isabel deseaba los puertos de Brielle y Flesinga. Sin embargo, rechazó ser coronada reina de Holanda, ya que eso le hubiera comprometido totalmente en la guerra, y su situación económica no lo permitía. El conde de Leicester no fue capaz de obtener ninguna victoria militar significativa, y de hecho todas sus intervenciones acabaron en derrota. Esto, unido a su aceptación contra la expresa voluntad de Isabel del título de gobernador general de Holanda, provocó que fuera llamado a Inglaterra en 1587.
Asimismo, Isabel apoyó la actividad pirata de Francis Drake contra la marina mercante española, lo que llevó a Felipe II a considerar la posibilidad de una guerra abierta contra Inglaterra, en cuanto hubiera una razón de peso para ello.
Una nueva conspiración católica contra Isabel otorgó a Felipe la excusa que buscaba. El rico comerciante londinense Anthony Babington pretendía asesinar a la reina y coronar a María Estuardo. La trama fue descubierta en la primavera de 1586; se reveló que en la misma había participado la propia María, por lo que el Parlamento pidió su ejecución. Isabel se resistió todo lo que pudo, pero finalmente fue incapaz de soportar la presión, ordenando la ejecución de María, que en su testamento cedió a Felipe sus derechos al trono inglés.
Felipe comenzó, por tanto, a preparar el plan de invasión de Inglaterra que se apoyaba en los tercios de Holanda, mientras Isabel reforzaba la marina de su reino. En 1587, Drake atacó con éxito Cádiz, destruyendo varios barcos y retrasando efectivamente hasta 1588 a la famosa Armada Invencible. Sin embargo, la Armada vio frustrado su propósito por la resistencia inglesa, por el bloqueo holandés y por el mal tiempo.


Derrota de la armada invencible, pintura de Philippe-Jacques de Loutherbourg (1796).











La victoria sobre la Armada llenó de alivio a Isabel, que ya no habría de temer una invasión de los tercios españoles. Pero el ambiente en Inglaterra tras la batalla distó de ser una algarabía de fervor patriótico y festejos por el fracaso de la invasión española. A la batalla siguieron todo tipo de disturbios y enfrentamientos políticos provocados por las penalidades pasadas por los combatientes ingleses, que tardaron meses en cobrar sus sueldos debido a que la guerra llevó al borde de la bancarrota a las coronas inglesa y española. Aun así, confiada por la victoria, en 1589 la reina ordenó una expedición contra Lisboa, la Contraarmada (superior incluso a la Armada Invencible), con el objetivo de acabar con los restos de la flota española del Atlántico e incitar a Portugal a un levantamiento en contra de Felipe. Sin embargo, esta expedición acabó en desastre, ya que fue incapaz de capturar la capital portuguesa, perdiendo gran cantidad de soldados, marineros y buques, y provocando una gran crisis económica.
Más éxito tuvieron sus intervenciones en favor de los protestantes holandeses (8000 soldados) y en la guerra civil francesa, a favor del también protestante Enrique IV de Francia (20 000 soldados), ya que al apoyar a Enrique, Isabel distrajo la atención de España, permitiendo a los rebeldes holandeses recuperarse cuando ya creían su derrota casi segura. Aunque la guerra religiosa se decantó del lado católico, al convertirse Enrique al catolicismo en 1593, Isabel mantuvo la alianza con Francia debido a la necesidad de proseguir la lucha contra España. Aunque retiró sus tropas de Francia en 1596, Isabel volvió a enviar de nuevo 2000 soldados tras la captura española de Calais.
Isabel envió aún dos flotas en contra de España, una en 1596 que fracasó en su intento de atacar las colonias americanas (y que causó la muerte de Francis Drake y John Hawkins), y otra en 1597, que logró saquear Cádiz. Felipe, por su parte, envió también dos expediciones contra Inglaterra, la primera de las cuales logró desembarcar en Cornwall y saquear los territorios circundantes, hecho conocido como Batalla de Cornualles, pero la segunda flota naufragó en Finisterre debido a un temporal.
Mientras guerreaba contra España, Isabel se tuvo que enfrentar a una nueva rebelión en Irlanda, la Guerra de los Nueve Años irlandesa (1594-1603), donde Red Hugh O'Donnell y Hugh O'Neill se levantaron contra la colonización inglesa. La reina se vio forzada a enviar 17 000 soldados al mando de Robert Devereux, conde de Essex en 1599 para frenar el alzamiento, pero éste fracasó. Charles Blount, VIII barón de Mountjoy le sucedió con éxito, lo que provocó que España, paralizada desde la muerte de Felipe II en 1598, interviniera en 1601 a favor de los rebeldes con 3500 soldados que desembarcaron en Kinsale. Cercados por los ingleses, fueron derrotados junto a sus aliados irlandeses en la batalla de Kinsale que puso fin a la intervención española en Irlanda. Hacia 1603 la rebelión irlandesa estaba controlada.

Muerte de la reina

El arzobispo de Canterbury, Whitgift, en el lecho de muerte de Isabel. Vitral de la iglesia de St. James, Grimsby.


















El asesor principal de Isabel, William Cecil, murió el 4 de agosto de 1598. Su papel dentro de la política real será continuada por su hijo Robert, que pronto se convirtió en el líder del gobierno. Una de las tareas que éste último se propuso fue preparar el camino para una sucesión tranquila. Ya que Isabel nunca quiso nombrar sucesores, Cecil se vio obligado a proceder en secreto, entrando en negociaciones con Jacobo VI de Escocia, que tenía fuertes, pero no reconocidos, derechos sobre la corona. Cecil enseñó al impaciente Jacobo a mantenerse en la sucesión asegurando el beneplácito de la reina, sin pedir abiertamente el trono. El consejo funcionó. El tono de Jacobo encantó a Isabel, aunque según el historiador J. E. Neale, Isabel nunca declaró abiertamente la sucesión al escocés, ella si hizo conocido sus deseos por inequívocas frases veladas.
La salud de la reina permaneció sin sobresaltos hasta el otoño de 1602, cuando una serie de muertes dentro de su grupo de amistades le sumió en una depresión severa. En febrero de 1603, la muerte de la condesa de Nottingham Catalina Howard, que era sobrina de su prima y amiga Catalina, Lady Knollys, fue un golpe de particular importancia. En marzo, se describe que la reina está con malestares y parecía deprimida. Se instaló en uno de sus palacios favoritos, Richmond, cerca del río Támesis. Ella misma se negó a ser examinada y tratada por sus médicos, además de negarse a guardar cama, permaneciendo de pie por varias horas, en silencio. A medida que su condición se deterioró, sus damas de honor esparcieron cojines por el suelo, e Isabel finalmente se recostó en ellos.
Mientras se iba debilitando, sus siervos insistieron en ponerla más cómoda en su cama, al mismo tiempo que consejeros de Isabel se reunían alrededor, y música suave se tocaba para calmarla. Isabel aún no había nombrado un sucesor, y en su lecho de muerte le hizo una señal a Cecil para dejar a Jacobo en el trono. Cerca de las dos de la mañana, la reina muere, el 24 de marzo de 1603, y se dice que ella falleció "ligeramente como un cordero, fácilmente como una manzana madura del árbol".
Isabel fue enterrada sin autopsia por lo que la causa de su muerte sigue siendo desconocida. Generalmente se atribuye a que murió de envenenamiento de la sangre, posiblemente causado por el maquillaje blanco, hecho a partir de albayalde, una mezcla de plomo y vinagre, haciendo éste altamente venenoso.
A las pocas horas, Cecil y el consejo llevan a cabo sus planes, y nombran a Jacobo como nuevo rey de Inglaterra.


Funeral y entierro

Cortejo fúnebre de Isabel I, atribuido a William Camden. (1603)








El ataúd de Isabel fue llevado río abajo en la noche a Whitehall, en una barca iluminada con antorchas, para luego ser dejada en capilla ardiente. En su funeral el 28 de abril, el féretro fue trasladado a la Abadía de Westminster en una carroza tirada por cuatro caballos con gualdrapas de terciopelo negro. En las palabras del cronista John Stow:
"Westminster estaba sobrecargada de una multitud de toda clase de personas en sus calles, casas, ventanas, pistas y canaletas, que acudieron a ver las exequias, y cuando vieron a su estatua situada en el ataúd, hubo un general sentimiento de gente suspirando, gimiendo y llorando como antes no se ha visto ni conocido en la memoria de los hombres."
Enterrada en la Westminster, junto a su hermana María, la inscripción en latín sobre sus tumbas reza: «Compañeras en el trono y la tumba, aquí descansan, Isabel y María, hermanas, en la esperanza de la resurrección».


La conversión de Inglaterra al protestantismo

Retrato de la reina Isabel I, conocido como Retrato del Arcoíris, c. 1600, una representación alegórica de la reina.















Uno de los hechos más destacados del reinado de Isabel es la transformación de Inglaterra, un país mayoritariamente católico, en un país mayoritariamente protestante. María, hermana de Isabel, había restaurado el catolicismo durante su época de gobierno, hasta tal punto que Isabel no encontró a ningún obispo importante que oficiara su coronación y tuvo que recurrir al obispo de Carlisle.
Ya en 1559, Isabel, suprema gobernadora de la iglesia inglesa, proclamó el Acta de Uniformidad, que obligaba a usar una versión revisada del Devocionario de Eduardo VI - un libro protestante - en los oficios y a ir a la iglesia todos los domingos, y el Acta de Supremacía que forzaba a los empleados de la corona a reconocer mediante juramento la subordinación de la iglesia inglesa a la monarquía. La mayoría de los obispos católicos instaurados por María se negaron a aceptar estos cambios, y fueron depuestos y sustituidos por personas favorables a las tesis de la reina.
Isabel intentó durante sus primeros años una política de tolerancia hacia los católicos; sin embargo, las rebeliones de 1569 y 1571 y la bula papal de excomunión de 1570, obligaron a la reina a endurecer sus medidas contra los católicos. Entre1584 y 1585 se aprobó una ley que condenaba a muerte a aquellos sacerdotes católicos que se hubieran ordenado tras el ascenso de la reina en 1559. Debido en parte a la persecución, en parte a la identificación de protestantismo y patriotismo durante la guerra contra España y al envejecimiento (y posterior deceso) de los sacerdotes católicos, el país se había convertido efectivamente en protestante para cuando la reina falleció en 1603.